Algún día miraremos esas fotografías y sabremos que aquellos años fueron los mejores. No lo conseguimos: dejamos de ser jóvenes. Dejamos de reír por cualquier cosa. Olvidamos que la noche no sólo sirve para dormir.
Y ahora sólo queremos volver. Volver atrás, a las risas, a las conversaciones a deshoras, a los libros que te sorprendieron, a las llamadas que colgaste, a lo que dijiste, a lo que te callaste por miedo o por vergüenza. Retroceder a todo momento que te produjo una herida, que no fue suficiente, ni imposible, a todo lugar que te emocionó, a esa ciudad que juraste no volver y a esa cama que decidiste no volver a tocar.
Ahora deseas retroceder allí, hacerlo distinto, cambiarlo para obtener otro final. ¿Cómo sería todo de haber dicho otra cosa o de no haber hablado en absoluto? Quién sabe, pero los mejores años fueron esos. En los que todo dolía con tanta fuerza, en los que te permitías sentir porque aún te quedaba un resquicio de esperanza. Los mejores años fueron esos en los que ningún miedo te perseguía, pero ahora te prendes fuego a ti mismo para obtener algo de diversión, para olvidar la realidad que hace tiempo que ya está olvidada.
Despierta, regresa. Permítete sangrar de nuevo en vez de ignorar esos sentimientos que están muertos, esas sensaciones que te arrancaste porque no salieron bien. Arriésgate, entrégate a la salvaje juventud y continúa viviendo, persiguiendo las visiones del futuro que dejaste atrás. ¿Las recuerdas? Recupera tus sueños, lucha por ellos. Perdona al que causó el desastre que te invade y al contratiempo que te colapsó los sentidos. Quítate la coraza. Pierde el control y respira. Respira. Provoca un incendio en tu interior y siéntete vivo. Vive. No sólo existas. Porque los mejores años son estos.
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Sobre mí
Me llamo Silvia Lambda. Tengo 25 años y soy farmacéutica. He aquí el contraste entre mi profesión científica y mi vocación creativa. Pensaba que era incompatible compaginarlas, pero ahora sé que se complementan a la perfección gracias a una musa valiente que no me deja en paz y me obliga a escribir, a sacar todos los personajes que llevo en la cabeza. Y puestos a contar historias, ¿por qué no hacerlo a lo grande? Si estás aquí es para realmente maravillarte con la lectura, a eso quiero dedicarme.
¿Nos seguimos? @SilviaLambda
Gracias por compartir esos pensamientos donde nos sentimos tan identificados. Eres increíble
Gracias a ti Manu por leerme!